jueves, 18 de octubre de 2007

Eran otros tiempos, era el otro el enganche...

Memorable partido de la época en la que Argentina le ganaba a Brasil, costumbre que en los últimos tres juegos se perdió, cayendo por goleadas humillantes (casualidad o no, en esta racha negativa siempre jugó el mismo enganche apático).

Este partido fue Argentina 2- Brasil 1, en el que con un blooper Brasil se puso en ventaje apenas empezado el encuentro. Así, Argentina se perdió en una confusión total, hasta que el Loco Bielsa mando a la cancha al Muñeco, que se enganchó y con su panorama condujo a la Selección a la victoria en el clásico, incluso metiendo un gol ¡de cabeza!

Nota del Diario Olé de aquel día:


El Muñecazo


Gallardo mostró que lo esencial se puede ver: cuando entró por Aimar, a los 19 del segundo tiempo, la Selección tuvo el conductor que le faltó por ausencia de Verón.


Los minutos pasaban. Y Aimar se consumía en el caldo que hervía en la cazuela de la mitad de la cancha compuesta por Eduardo Costa, Mauro Silva, Rivaldo, Roberto Carlos y Marcelinho Paraíba. La Argentina no tenía conducción, bah seguía sin una brújula que orientara las voluntades y los músculos.

En un costado de la platea San Martín, una bandera con la inscripción "Hay una Bruja" recordaba, por el opuesto, que el gran ausente de la velada era Juan Sebastián Verón.

Ni el Kily, un carrilero picante, más Pablito Aimar, un media punta en recta hacia el arco, habían podido reemplazar lo que tan bien hace la Brujita del Manchester. Esa pausa con toquecitos laterales, ésos puñales profundos que se clavan a las espaldas de los marcadores, aquéllos balinazos con gol desde 30 ó 40 metros y aquellas asistencias de la que pueden dar fe Crespo y Batistuta.

Hasta que Bielsa dijo Gallardo por Aimar, y el Muñeco, un armador tradicional, un pasador con criterio, un generoso que vive mirándoles las piernas hábiles a los definidores, le dio al equipo las ideas claras para ganar.Tocar y pasar. Apenas entró, Gallardo se tiró hacia la derecha, cerca de Zanetti y Ortega. Desde esa zona armó un circuito de ataque que consistió en tocar preciso y pasar a otra posición, lo que sirve para distraer o atraer una marca.

Su presencia sumó mucho por lo que aportó individualmente pero, también, porque Zanetti y Ortega encontraron metros de libertad que antes les habían faltado.

Lo que nadie tenía en los planes (por eso el fútbol es un juego fantástico), lo imprevisible se produjo 12 minutos después de que Gallardo pisara el campo del Monumental. Ortega fue el lanzador y el Muñeco, en posición de delantero central, la empujó para 1-1. El, justo él, que tiene en el pase su virtud fundamental, se disfrazó de receptor y gritó uno de los goles más importantes de su vida.

Con eso, una par de pisadas para apaciguar el apuro brasileño de última y la libertad que supo conseguir con movilidad, el ex armador de River ratificó que su presencia en el Mundial no debería correr riesgos.Bielsa, teléfono.

El partido de anoche demostró una vez más que todo equipo, incluidos los de Bielsa, necesitan, casi a nivel de dependencia, de cerebros como Verón y/o Gallardo. Que un carrilero se puede armar con tiempo, que un líbero se consigue, que un volante tapón puede ser más o menos agresivo...en fin. Pero que los conductores, como los goleadores, son especialistas. Porque dar una asistencia perfecta es como hacer un gol de vez en cuando.

Más o menos lo pueden realizar varios. La función de Verón/Gallardo es como la especialización de Batistuta/Crespo. Y está claro que para armar a esta Selección, si falta Verón debe estar Gallardo. ¿Y por qué no los dos juntos?


miércoles, 17 de octubre de 2007

"¿River? No cierro ningún capítulo"


Buscando sumar notas con motivo de la moda del Mundial de Rugby, el diario Clarin juntó a Marcelo Gallardo y a Juan Martin Hernandez. En la charla, el Muñeco tiró algunos conceptos interesantes:




"¿River? No cierro ningún capítulo"


Marcelo, ¿lo seguís a River?

-Lo vi muy pocos partidos. Acá mucho no pasan fútbol argentino y en la casa de un amigo a veces vemos lo poco que transmiten en el cable español.

-¿Qué opinás de la campaña en el Torneo Apertura?

-Lo sorpresivo es que no pudo mantener lo bueno que hizo en algunos partidos de local y que haya tenido tantos altibajos. Eso hace que sea inestable y que no esté de lleno metido en la pelea.

-Pero el domingo le ganó claramente a Boca.

-Espero que ese triunfo sea un gran golpe anímico. Creo que lo va a ser y que la mayoría de estos jugadores realmente necesitaban un golpe de confianza para poder soltarse del todo y sacarse muchas cosas que tenían encima.

-¿River es un capítulo cerrado?

-No cierro ningún capítulo. Simplemente hoy es muy difícil volver y nada más. Sólo eso.

-¿Y la Selección?

-No, la Selección fue algo muy lindo que viví mientras lo tuve y hoy estoy demasiado lejos. Lo único que me importa es tratar de jugar en el lugar en el que estoy, tratar de mantenerme en un buen nivel para poder quedarme acá y seguir teniendo esa cosa de sentirme un jugador importante dentro de un grupo. Soy uno de los primeros hinchas a la hora de ver al seleccionado, pero...

-¿No te da nostalgia cuando ves a Argentina por televisión?

-Para nada. Siento la nostalgia normal por haber sido partícipe del equipo en muchos momentos pero no me falta la Selección.

-¿Cómo ves al equipo de cara a las Eliminatorias?

-Se va a clasificar sin muchos problemas porque hay jugadores para hacerlo.

-¿Y quién debe ser el 10 de Argentina?-Hasta ahora quien rindió ahí fue Riquelme. A mí me gusta Riquelme: cada vez que jugó lo hizo muy bien pero no llegar al objetivo siempre opaca todo lo bueno que vos hiciste antes. Y eso es lo que pasó en los últimos años tanto en el Mundial como en la Copa America.

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Entrevista a Gallardo y Hernandez:


Qué hacés, monstruo? ¿Cómo andás? Felicitaciones.

-Gracias, Marcelo. ¿Y vos, todo bien?


El monstruo es Juan Martín Hernández, el actual 10 del seleccionado de rugby, y Marcelo es Gallardo, el ex 10 del seleccionado de fútbol. Con ese saludo -el primero, pura timidez, le tendió la mano derecha pero el otro, más extrovertido, se le adelantó y le dio un abrazo con beso incluido-, el encuentro, pactado a las 5 de la tarde en Trocadero, ya tenía a ambos protagonistas en acción.La estrella de Los Pumas que brillan en el Mundial había llegado 20 minutos antes a la cita pactada por Clarín; el volante de Paris Saint Germain que hoy lucha por volver a tener el gran espacio que se ganó en el fútbol francés después de su paso de cuatro años por Mónaco, lo había hecho apenas cuatro minutos más tarde del horario convenido. Ambos se conocieron ahí, frente a la torre Eiffel y en uno de los lugares más emblemáticos de París, y aprovecharon para expresarse un reconocimiento mutuo. La charla quedó abierta, entonces. De 10 a 10 y a puro rugby y fútbol."Me gusta el rugby y me gusta ver a Los Pumas porque más que nada soy hincha de la Selección. Aunque en realidad soy hincha del deporte argentino y soy de esos tipos que cuando hay un argentino compitiendo por ahí me prendo a verlo y me gusta que le vaya bien. Así que Los Pumas no son la excepción", arrancó Gallardo.

-Pero como hizo Ariel Ortega, ¿vos jugaste al rugby?

-El dice que jugó, pero ¿con qué jugaba en Jujuy? ¿Con las piedras? Ja, ja, ja... No, yo no lo jugué pero entiendo bastante y ya veía a Los Pumas cuando tenía 8 o 9 años y jugaba Hugo Porta, que con el tiempo tuve la oportunidad de conocer y es una gran persona. Después, acá en Francia, donde el rugby se vive muchísimo, me prendí definitivamente."

¿Nos fuiste a ver?", le preguntó Hernández. "Sí, contra Irlanda y Escocia, con la camiseta argentina y todo. Contra Francia los vi por televisión en casa, rodeado de amigos franceses. Estuvo bueno porque fue caliente sobre todo porque ellos creían que nos iban a pasar por arriba"."A mí el rugby me hizo más duro", comentó enseguida Hernández. "Calculo que estar todo el día con la pelota les permite a los futbolistas jugar como lo hacen. Yo era un jugador normal, pero ahora no sé si puedo parar una pelota. En los picados del colegio me gustaba jugar de 5".-Y sos de River-Sí. Iba mucho a la cancha con mi primo, el hijo de Patricio (se refiere a Hernández, ex volante de la Selección), en la época en la que River ganaba todo, con Passarella y Ramón Díaz. Y con Marcelo en la cancha, claro.

-Y en París, ¿te hiciste hincha de algún equipo? ¿Vas a ver fútbol?

-Pese a que el Parque de los Príncipes está a una cuadra de casa..."¿No me digas que somos vecinos? Entonces vivimos a unas diez cuadras", interrumpió Gallardo antes que Hernández continuara: "...te decía que no me hice hincha de nadie pero cuando no tenemos que jugar con Stade Francais, a veces puedo ir a la cancha a ver a Paris Saint Germain. Antes iba cuando jugaba Juampi Sorin y ahora porque lo hace él".

-Marcelo, ¿qué es lo que más te gusta de Los Pumas?

-Los huevos, el coraje, sobre todo el espíritu de combate que tienen. Aunque después de todos los problemas que pasaron en los últimos años, que hayan llegado a una instancia como ésta y que tengan el reconocimiento del mundo del rugby no sólo es una cuestión de huevos sino de espíritu de grupo. Eso es lo que uno ve de afuera, cuando es un espectador.

-Y a vos, Juan Martín, ¿qué es lo que más te seduce de los futbolistas de la Selección?

-Que siendo ellos super estrellas del mundo del fútbol, que es algo tan masivo, estén allí y den siempre lo máximo. Es lo mismo que hacemos nosotros: cuando entramos a la cancha damos todo por la celeste y blanca.

"A mí, por ejemplo, se me puso la piel de gallina el día de Francia-Argentina". Gallardo tomó otra vez la palabra y amplió: "Será porque cuando estás afuera te sentís más argentino, pero estuve al borde de que se me cayera una lágrima. Los mismos franceses que estaban conmigo mirando el partido no podían creer la manera en la que los muchachos cantaron el Himno, por ejemplo. A mí eso me llenó de emoción".

-Sabés que se habló mucho de ese tema y se armó una polémica absurda por la manera en la que cantan el Himno Los Pumas y los muchachos de la Selección de fútbol, ¿no?

-Mirá, lo único que te digo es que yo seguí mucho los partidos del Mundial y después de lo que mostraron Los Pumas en el primer Himno estoy seguro que los demás equipos hicieron propia esa manera de sentir.Una hora más tarde llegó el momento de la despedida, que vino con sorpresa. Es que Hernández debía volver a su casa pero Pichot, que lo tenía que llevar, ya se había ido. "Te llevo, Juan", fue la invitación de Gallardo. "Dale, buenísmo", respondió Hernández. Fue el último diálogo en Trocadero de ambos cracks. De 10 a 10, la siguieron en el auto rumbo a su barrio, el 16...