sábado, 14 de abril de 2007

Archivo # 1: Entrevista a Gallardo en el Apertura 2005


En Octubre de 2005, cuando River jugaba ese Apertura en el que renunció Leo Astrada, agarró Mostaza y estaban los rústicos Talamonti, Loeschbor, Alvarez, el ahora resucitado Galván y River parecía que se prendía fuego, el Muñeco sacó pecho y dio esta entrevista al diario Olé. Acá algunas respuestas y la columna de Leo Farinella, el Defrentista de River en Olé.
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En 1986, cuando Alonso levantó la primera Libertadores de River, Marcelo Gallardo tenía apenas 10 años, edad de alcanzapelotas. En el 96, cuando le tocó el turno a Francescoli, el Muñeco era un pichón de 20 que se curtía en un plantel de estrellas, a veces adentro de la cancha y otras tantas en el banco. Hoy, a los 30, la mascota del equipo es Nahuel, su hijo. Y él es el capitán y buque insignia de un River que en el 2005 trastabilló más de lo que gozó; y que se quiere reforzar con figuras a final de temporada para que se cumpla la profecía de los años terminados en seis...

—¿Pero tu prioridad es Europa o jugar la Copa?
—Tuve la posibilidad de irme en junio y no lo hice. Mi deseo es quedarme, ser partícipe de una propuesta futbolística importante.
—¿Adiós Europa?
—No cierro ninguna puerta, porque uno a veces es esclavo de sus propias palabras. El deseo de quedarme existe, pero no puedo asegurarlo porque no sé qué puede pasar el día de mañana.
—¿De qué depende?
—Del entusiasmo de todos de poder generar algo importante para el año próximo. Si se piensa de esa manera, no tengan dudas de que seguiré aportando lo mío.
—¿Porque todavía te imaginás levantando la Copa?
—Quiero quedarme, y ganarla, ganarla...
En las últimas dos estuvimos muy cerca, nos quedamos en la puerta. La primera, contra Boca, se definió por penales. En la segunda, el San Pablo nos ganó bien en el Monumental.
—¿Hoy River es rústico?
—Mirá, cuando éramos los Galácticos, así terminamos, no como todos esperaban. Siempre se ponen esos nombres. Al Real Madrid le dicen Galácticos y en los últimos dos años no han podido ganar nada. River no es un equipo rústico, lo califico como un River de bajo perfil. Que pone el pecho y el hombro a la situación. Hay equipo para estar mejor.
—¿Y es Gallardodependiente?
—No. Es más: contra Newell''s jugué realmente mal y el equipo tuvo uno de sus mejores partidos. Eso es lo que esperamos todos: ni mis compañeros quieren que el equipo juegue bien cuando yo lo hago, ni quiero que todos estén esperando que yo... Lo ideal es que el conjunto rinda con una importancia mayor dentro de lo que pudo haber sido mi juego. Si yo juego mal, que el equipo igual responda.
—¿Y existió tu decisión de que Ameli no...
—(Firme) No puedo salir a desmentir todas las pelotudeces que se dicen. Me hicieron cargo de una decisión que yo no tomé.
—Pero sos un histórico.
—Quizás un referente...
—¿Cuál es la diferencia?
—No me pongo a pensar lo que puede significar la palabra histórico. Puede ser que lo sea porque nací en el club, por los años que llevo acá, porque hay muchos chicos que están muchos años en el club y no terminan de tener una carrera importante dentro de River, y terminan siendo históricos pero no conocidos, o anónimos. Pero creo que uno termina siendo histórico no por haber estado desde fútbol infantil sino por permanecer dentro del espíritu riverplatense a lo largo de toda tu vida. Va más allá del fútbol. Es lo que cosechaste en todo el tiempo que estuviste en el club...
—¿Te sentís ídolo de River?
—No me siento ídolo. El ídolo ocupa muchas cosas, es una palabra muy grande. El ídolo tiene que alimentar ese término que tanto significa para el hincha.
—¿Qué te falta para serlo?
—De alguna manera la gente te hace sentir ese cariño y yo siempre trato de alimentar ese afecto.
—Labruna, Alonso, Francescoli... ¿por qué no Gallardo?
—A comparación de nombres que son muy significativos dentro de la historia del club, yo me considero una personita. Claro que me llena de orgullo que haya gente a la que uno hace feliz a través de algún pase o una jugada.
—¿Tras la eliminación con el San Pablo le pediste a Astrada que siguiera como técnico?
—No es que salí a darle un apoyo más allá de... Eso fue doloroso para todos por haber perdido la chance de jugar la final de la Copa. Y en un momento doloroso, a uno a veces le pueden pasar cosas por la cabeza. Las personas se acercan cuando las cosas funcionan bien, pero como capitán y como amigo, le dije que si estaba convencido de seguir, que siguiera, que no dudara. Todos íbamos a tirar del carro. Pero no fue que tuve que ir a respaldarlo. Lo que pasó fue muy duro. Al que no le dolió simplemente fue porque no le pasaba nada por las venas.
—¿Y qué opinás de Mostaza? ¿Es un entrenador defensivo?
—Mirá, Mostaza agarró un equipo que ya estaba en competencia, con el que no había trabajado en la pretemporada y trató de acomodarse al grupo de jugadores que había. Tiene la intención de que a River le vaya bien y que juegue mucho mejor. Lamentablemente algunos resultados no lo ayudaron ni a él ni a nosotros.
—¿Vas a ser DT en el futuro? ¿Planificaste tu carrera?
—No planifico el futuro, pero sí me voy preparando. Vivo el día a día de la mejor manera posible y quiero disfrutar del fútbol al máximo. Sé que en algún momento esto se termina y tendré que empezar una etapa nueva de la vida, ligado o no al fútbol.
—¿Cómo te preparás?
—Desde hace un tiempo abrí la cabeza para otras cosas, posibilidades para el día de mañana, proyectos en la mente que te generan entusiasmo. Vas guardando cosas que te pueden servir. No quiero vivir sólo de algo que se va a terminar y que luego no sabés qué hacer. No quiero que me agarre el día después y me pregunte "¿y ahora qué hago?", porque tengo la experiencia de otros compañeros que han sufrido muchísimo... Algo voy a sufrir, pero mirá que faltan años, eh.
—Y luego, ¿entrenador?
—Me gustaría ser entrenador, y si el día de mañana se presentara la oportunidad, quiero tener un título guardado. No es que empiezo el curso para retirarme el año que viene. No. Pero ser DT es una de las cosas que me pueden motivar para seguir ligado al fútbol.
—¿Qué filosofía futbolística tendrían tus equipos?
—No me ataría a ningún sistema, pero para ser exitoso tenés que ganar. Mi ideal de equipo sería con dinámica y buen pie.
—¿Antes te ves en el Mundial?
—No me ilusiono demasiado cuando juego dos partidos bien y todos empiezan a hablar sobre una posible chance. A ver... No pierdo las esperanzas, pero los plazos cada vez se acortan más.
—¿Pero no soñás con estar entre los 23 de la lista?
—Todavía tengo un pequeño sueño: jugar mi Mundial. Nunca me cierro las puertas la Selección y dentro de las posibilidades que tenga, voy a pelear desde mi lugar. Hoy mi lugar es River. Yo ya fui a dos mundiales, pero este sería "el" Mundial. Estar bien y jugarlo. Lo digo con total sinceridad, a lo largo de mi carrera nunca me sentí mejor que ahora, estoy en plenitud física y mental, me siento realmente muy bien.
—¿Pesa la 10 de River?
—La 10 de River tiene peso propio, pero no me generó ningún tipo de presión extra, siempre me lo tomé con naturalidad. Es la gente la que reconoce si sos capaz o no de llevar esa camiseta..
—¿Quién fue tu 10?
-¿Quién va a ser? (Se ríe) Maradona... Nos conmovió a todos, fue un grande de verdad.
—¿Y uno más terrenal?
—Siempre me gustó Bochini, quien me despertaba admiración desde chico. En un fútbol donde todo se hace difícil, Bochini era la simpleza, el don para hacer las cosas fáciles. Yo admiraba eso. No pude verlo a Alonso, porque cuando dejó el fútbol, yo tenía 10 años. Me hubiese gustado disfrutar del Beto, por todo lo que le dio a los hinchas de River. Aunque sé lo que hacía por los videos de sus goles, sus títulos, la Copa...
—¿Ahora vas por tu Copa?
—Ojalá. Repito: quiero ganarla.

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